Historia de los Jueces de Córdoba .
Me ha contado
Ahmed ben Fárech ben Monte Lo siguiente:
Estando yo en Siria, conocí a Abumohámed
Maslama ben Zora ben Ruh Era éste un anciano de casi 100 años, de él aprendí tradiciones del Profeta, las
cuales había aprendido de otros sabios . Me dijeron que era amigo de los Omeyas, de lo; que era muy partidario;
lo que puedo asegurar es que sabía la historia antigua y moderna de los Omeyas,
especialmente la historia de Andalucía. Pues bien; cierto día vi, en una de las
mezquitas aljamas de los bereberes , un
sermón escrito en letras muy malas en
pergamino pegado a la pared, frente a frente del púlpito desde el cual predicaba
el Imán y cuando Abenruh se ponía a predicar, miraba hacia el pergamino y,
claro es, ,
ni se paraba en el sermón. Luego hablé con él
acerca de esto, y les eché en cara aquello, diciéndoles:
—Vosotros sois
orientales, a los que todo el mundo
reconoce como
hábiles para hablar la lengua árabe y
buenos para expresarse muy bien y hasta para predicar
de repente y sin
preparación alguna y, sin embargo,
necesitáis de leer un papel para predicar No he visto yo
semejante cosa en las mezquitas de oriente, a pesar de que no son hombres que
se expresan muy bien.
—Aun es más
gracioso — contestó Abenruh —lo que ocurre en la capital de vuestro país, en la
corte de vuestros sultanes. Me contaba mi padre, por habérselo oído contar a mi
abuelo, que allá en Córdoba, hubo en tiempos pasados un juez, llamado Antara
ben Felah, hombre muy santo , al cual, cierto día en que presidía las oraciones
públicas para pedir agua, después que
rezó y predicó el sermón, se le acercó un
hombre pobre de Córdoba, y le dijo:
-¡Oh juez
misionero! Ya se ve que pareces tan bueno, Dios haga que por dentro lo seas
también.
-Sí, sí—contestó el juez—que nos haga buenos a
todos. Y ¿por qué has dicho eso, amigo ?
—Sí—contestó el
hombre—; porque con tus discursos tan
buenos has provocado que caiga tanta
lluvia que han inundado los campos de
toda Andalucía
Aun añadió lo
siguiente: Este juez Antara solía decir: "Yo no puedo hablar seguidamente,
teniendo al pueblo delante. „ Lo que hacía era que cuando predicaba se echaba
una prenda de su traje para taparse el rostro y no ver a la gente; pero otros
dicen que no
se tapaba por
eso, sino que llevaba el sermón escrito en una hoja cosida en la parte del
vestido con que se cubría la cara. Eso es semejante a lo que has visto que
hacemos aquí; y no por eso dejan de tener eficacia y producir buen efecto estos
sermones.
Autor: Aljoxani de Córdoba. (Siglo X).
Texto adaptado.
Actividades:
1. 1 ¿Qué
eran las mezquitas aljamas?
2.
¿Quiénes
son los Imán en las mezquitas ?
3.
¿
Que truco utilizaba el juez Antara para hablar también en público?
4.
¿Quiénes
eran los bereberes?
5. ¿En que periodo de Al
Ándalus está escrita la obra
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